El jadeo de ambos seguían mientras que el sonido de como una gran pila de carne es golpeada acompañada de unos gemidos algo fuertes que nadie pudo oir, después de todo una casa bastante apartada de los demás también tiene sus ventajas. Verónica siguió jugando con el condón, desdoblándolo y luego, probando el lubricante con la lengua.

Ahora amigos les cuento una aventura que me sucedió en un deportivo. Los sábados y domingos me gustaba asistir a partidos de fútbol infantil a un deportivo cercano ya dije en anteriores relatos que reconozco que no me gusta el fútbol asistía por ver a mis niños que se ven lindísimos con sus uniformes de fútbol pero también porque tenían ocurrencias como la que a continuación narro resulta que un amigo muy jovencito de 17 años para ser exactos fue contrato para ser árbitro de esos partidos pero muy pronto descubrí que el también tenía gustos por los niños un día ví como uno de los niños de un equipo de los pumitas se quita la playera y se sienta a su lado en la banca y este sin más lo abraza y le acaricia las tetitas y así varias actitudes raras que ví en este muchacho.pero un día después del partido se les ocurrió entre el entrenador que por cierto tenía en el equipo a sus hijos 2 nenitos de 8 y 10 años rubios y muy lindos con este muchacho y los demás papás y los mismos niños que jugarían dividiendo en dos el equipo un partido amistoso de prendas es decir cada que le anotaban un gol el equipo al que se le había anotado sus integrantes se tenían que quitar una prenda así lo hicieron pero uno de los equipos resultó con tan mala suerte que a los 10 minutos ya habían perdido varias prendas y me empezó la excitación cuando veo que sólo les faltaba el short para quedar sólo en calzones y zaz! Qué viene el gol esperado pero la mayoría hizo trampa de llevar otro short abajo pero había dos niños que no llevaban nada más que sus truzas blancas abajo sin embargo y sin pudor se atrevieron a quedar así semidesnudos uno era morenito de complexión regular y carita simpática el otro era blanquito de pelo negro semirizado tenía una carita preciosa era gordito y además era el mismo niño que les conté que el joven árbitro le acaricia las tetitas pero además aceptaron continuar el partido atreviéndose a decir que si les anotaban otro gol ambos se despojarian de los calzones quedando completamente desnudos lo que me puso a 1000 entonces sigue el juego hasta que llegó el gol y me preguntaba si los adultos lo permitirían ellos dos hicieron ademán de llevar la mano a los resortes de sus truzas para bajarlas pero obvio no se los permiten sin embargo empezaron con jugueteos como mostrarles el penecito que además parece que si lo tenían erecto pues la situación les había excitado y así resulta que discretamente el árbitro los lleva a una camioneta combi en dónde los transportaban y me sorprendió invitandome también a mi cierra unas cortinas que tenía el vehículo y allí éstos 2 nenitos simplemente se despojan de sus truzas y se hacerca a mí el morenito y el otro niño con el chico y simplemente y sin palabras nos acariciamos besamos y chupeteamos a ambos niños mamando rico sus penecitos hasta hacerlos acabar en un delicioso orgasmo que los hizo gemir y a mí sin necesidad de que me tocaran me hizo tener una venidota de antología nos despedimos y los niños quedaron solos vistiendose y esperando a los demás mientras yo me retiro no sin antes agradecer a los niños y mí joven amigo árbitro su invitación. Estaba envuelta en una toalla pequeña que le cubría la mitad de las piernas blancas y dejaba sus hombros desnudos.Kate estaba en un debate consigo misma, entre seguir su moral y ética o dejarse llevar como el perro, todo esto mientras seguía viendo el pene de este. Le acaricié las mejillas y dejé que mi pelo, largo hasta los hombros, se me pegara a la cara al mojarse por el sudor que despedía mi propia frente. El perro aprovechó para asomar su cabeza en la puerta y observar como Kate estaba acostada en su cama mientras se masturbaba, produciendo unos gemidos y ese olor que hace que su lujuria se apodere más que su lealtad hacía su dueño. Rex, sin importar nada, sólo le lame el coño de Kate haciendo que se asuste por el repentina lamida. En aquel entonces, mi hija acababa de cumplir los once años, y yo le había hecho una fiesta tranquila con algunas de sus amiguitas más cercanas de la escuela.

No es hasta que rex parecía cansar la espera así que sólo mueve su cadera hacía adelante, dejando su miembro en los labios de esta. Kate era una mujer de piel blanca con cuidado y sin pelo alguno, cabello negro, unos pechos del tamaño de una sandía, unas caderas anchas y sobre todo un culo bastante grande y anchos siendo el mayor orgullo de Kate, en la cual se voltea y pone su mano en la nalga derecha. Pero algo cambio en ese entonces, había un olor tan embriagador, algo que hacía que sus instintos estén a flote y una erección Se muestre.

Rex por su parte va saliendo de su cuarto bastante satisfecho de haber cumplido con aparearse con Kate, mientras que está última se levanta para cerrar la puerta y se acuesta aún sudada y con el semen aún saliendo de ella, se acuesta a dormir bastante satisfecha y más relajada. Sus ojitos se iluminaron en el reflejo del tocador mientras yo se lo colocaba alrededor de fino cuello surcado de pecas.