By Grand Central Station I Sat Down and Wept

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Description

Elizabeth Smart tuvo el valor, en el remilgado Canadá de los años cuarenta, de elegir libremente – “Sé lo que quiero, a quién quiero. Le escogí a él, de entre todas las cosas. Fría y deliberadamente le elegí. Pero la pasión no fue fría. Me prendió fuego. Incendió el mundo.” – y, lo que es más grave, no avergonzarse de ello, no esconderse. El “aura del deseo satisfecho” siempre provoca la envidia de los mediocres, de los puritanos, pero ella nunca se doblegó ni hizo concesiones. This is about love, desperation, and mental disparity (contemplated suicide also plays a role here). It is beautiful and disjointed; somber, yet hopeful; trenchant, yet gracious, and articulate, but at times, also reticent.

I'm awful at praising things I really like. "By Grand Central Station I Sat Down and Wept" captures doomed and terminal love that will never fully die in a wonderful / painful manner.

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De hecho, a pesar de todos los reveses recibidos, el amor que sentía la hizo sentir invencible, poderosa, fecunda. “¿Necesitáis alegría, necesitáis amor? ¿Sois hojas empapadas en algún patio olvidado? ¿Sufrís frío, hambre, soledad, parálisis, ceguera? Tengo lo que queráis, a puñados, a brazadas, para todos.” Una fecundidad capaz de alumbrar una obra tan bella y conmovedora como En Grand Central Station me senté y lloré; una joya literaria que sorprende por su plasticidad y por su pasión, pero también por el uso que Elizabeth Smart hace del lenguaje, tan rico y libre como su forma de amar.

It stalled in the traffic and broke down outside her window. She was writing a letter: I love you very much: Careful Now in capitals. Cuando empiezas a estudiar literatura en la universidad siempre hay un profe que te cuenta que las fronteras entre géneros literarios son muy difusas, que a veces no se puede distinguir tan claramente a qué género pertenece una obra. Luego también te encuentras otro profe (o puede que sea el mismo) que te cuenta que las mujeres tienen una forma de escribir diferente a la de los hombres. Y no te presentan ninguna prueba, pero tú eres joven e idealista y no te cuesta ningún esfuerzo hacer el acto de fe que representa asumir estas teorías como verdaderas. Y el tiempo pasa y lees más y te vuelves más cínica y te empiezas a preguntar si muchas de las cosas que te han contado y has creído no son en realidad una falacia (otra bonita palabra que también aprendiste en la universidad). Pero tampoco es que te importe mucho y sigues leyendo y por fin aprendes a leer de una forma nueva, a medio camino entre la lectura evasiva (que practicabas antes de la universidad) y la lectura tomando notas en vistas de escribir un tedioso trabajo (que practicabas en la universidad). Y sigues leyendo. Y un día encuentras un libro que te hace ver que lo que te contaron puede que no sea siempre cierto, pero a veces puede ser cierto.

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Allí mismo comenzó un apasionado y tormentoso romance plagado de encuentros y separaciones; la primera de ellas cuando Elizabeth se quedó embarazada en 1941 y tuvo que volver a su casa en Canadá. Sus padres no comprendieron sus sentimientos y emplearon sus influencias para impedir que Barker pudiera entrar en el país, acusándole de “conducta inmoral”. Pero Elizabeth no estaba dispuesta a darse por vencida y, en plena guerra, siguió a su amado hasta Inglaterra, donde continuaron su particular relación durante años, sin que Barker terminara nunca de decidirse entre su mujer y Elizabeth, una indecisión que no le impidió tener otros tres hijos con ella. De hecho, el pobre George tuvo hasta quince hijos con diferentes mujeres. O my dear, O my dear, drink a little milk, lie down and rest a little. I will comfort you. I can carry love like Saint Christopher. It is heavy, but I can carry it. It's the stones of suspicion I stumble on. Did I say suspicion? No. Para ella era inconcebible pensar en esconder su pasión, amar a distancia, o llegar a un compromiso que satisficiera a los biempensantes. “Negar el amor, y engañarlo mezquinamente asegurando que lo no consumado será eterno, o que el amor sublimado se eleva hasta lo celestial, es repulsivo (…) ¿acaso puedo ver la luz de una cerilla mientras estoy ardiendo en los brazos del sol?”. La resignación es un pecado para el que no existe redención. By Grand Central Station I Sat Down and Wept: The Novel as a Poem by Alice Van Wart, in Studies in Canadian Literature Chamber pop duo, Heavy Bell (made up of Matt Peters and Tom Keenan) released an album titled By Grand Central Station (2018), which they called "a paean to the novel: a song of praise and triumph". [6]

Oh, canary, sing out in the thunderstorm, prove your yellow pride. Give me a reason for courage or a way to be brave. But nothing tangible comes to rescue my besieged sanity, and I cannot decipher the code of the eucalyptus thumping on my roof. Just 2000 copies of By Grand Central Station I Sat Down and Wept were printed on its initial publication in 1945, and it did not achieve popularity at its initial release. Smart's mother Louise led a successful campaign with government officials to have its publication banned in Canada. She bought up as many copies as she could find of those that made their way into the country, and had them burned. [2] Barker himself, in a letter to Smart, described the novel as " a Catherine wheel of a book." [1] a b Norton, Ingrid (October 1, 2010). "A Year with Short Novels: Elizabeth Smart, Queen of Sheba". Open Letters Monthly. Elizabeth Smart, escritora y poetisa precoz, nació en 1913 en el seno de una de las familias más destacadas e influyentes de Ottawa. En 1937, con tan sólo veinticuatro años, leyó un libro del poeta inglés George Barker e inmediatamente se enamoró de sus versos y de paso, sin siquiera conocerle, de él. Hizo todo lo posible por encontrarse con él, a pesar de que sabía que estaba casado, y finalmente se las ingenió para conseguir, a principios de los años cuarenta, que Barker visitara junto con su esposa la colonia de escritores en la que Elizabeth vivía en California.For me, these prose poems are too full of imagery that doesn't grab like the song words it helped inspire; classical mythology, and redwoods and so forth, but perhaps more special to those who love those landscapes. okay, so i have been really sad for a couple of days now. and i have reread great swathes of this book under the influence of my own ragged emotions.and i am ashamed to admit that i like it more now. i have to keep the two-stars for that is how i felt when i really read it, but might i suggest reading this when you are in the throes of some sort of emotional tidal wave?? it was not meant for happy eyes. although there still isn't any shame copulating with any houseflies here at my place. Cada una de las diez partes en que se divide En Grand Central Station me senté y lloré es como una imagen aislada; diez instantáneas tomadas en distintos momentos de la relación de Elizabeth Smart con el poeta George Barker. Y aunque estas imágenes, casi abstractas en ocasiones, transmiten con viveza los sentimientos de su autora, el relato de su relación con Barker apenas se puede seguir en el texto. A pesar de los esfuerzos de la familia de la autora para que el libro no viese la luz, en los círculos literarios de Nueva York y Londres terminó por convertirse en una obra de culto. Se volvió a publicar en 1966 y, en esta ocasión, su inmediato éxito permitió a Elizabeth Smart dedicarse por fin una carrera literaria que había comenzado a los diez años y que sus pasiones habían truncado. Se suele decir que una imagen vale más que mil palabras, y quizá la única manera de expresar una pasión tan profunda como la que sintió Elizabeth Smart sea emplear imágenes, aunque sean imágenes formadas por palabras.



  • Fruugo ID: 258392218-563234582
  • EAN: 764486781913
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